Esta importancia se alza teniendo en cuenta los altos volúmenes de actividad que está teniendo el sector, pues según señala la Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España - Aldefe -, las explotaciones y almacenes frigoríficos españoles miembros de la asociación generaron un volumen de negocio de 106,5 millones de euros en el segundo trimestre de 2023, registrando un incremento del 4,5% respecto al dato del trimestre anterior - 101,9 millones -.
Así pues, desde su almacenamiento hasta la llegada al usuario final, cada etapa del proceso de distribución de los productos a temperatura controlada conlleva riesgos inherentes de contaminación y deterioro, que pueden comprometer la integridad de los alimentos y la salud pública. Es en este contexto donde el Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control - APPCC - se erige como un salvaguarda indispensable, delineando pautas y protocolos destinados a garantizar la calidad de los productos durante su transporte.
¿Qué es el APPCC?
El APPCC - Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control - es un sistema reconocido internacionalmente diseñado para garantizar la seguridad alimentaria. Este sistema se basa en la identificación y control de peligros significativos en la producción y manipulación de alimentos. Su enfoque se centra en la prevención más que en la inspección de productos terminados.
El objetivo principal del APPCC es identificar, evaluar y controlar los riesgos relacionados con la seguridad alimentaria en todas las etapas de la cadena de producción y distribución de alimentos. Se aplica a lo largo de toda la cadena, desde la producción primaria hasta el consumidor final.
El proceso del APPCC consta de siete principios:
Identificación de los peligros: se identifican todos los peligros biológicos, químicos o físicos que pueden estar presentes en cada etapa del proceso alimentario.
Determinación de los puntos críticos de control (PCC): se identifican los puntos en el proceso donde estos peligros pueden ser controlados o eliminados.
Establecimiento de límites críticos: se definen los criterios para determinar si un proceso está bajo control en cada punto crítico.
Sistemas de vigilancia: se establecen procedimientos para monitorear y mantener bajo control los puntos críticos.
Acciones correctivas: se definen medidas a tomar cuando la vigilancia indica que un punto crítico no está bajo control.
Establecimiento de procedimientos de verificación: se realizan actividades para confirmar que el sistema APPCC está funcionando correctamente.
Documentación y registro: se mantienen registros de todas las actividades y decisiones relacionadas con el sistema APPCC.
Así es como el APPCC supone una herramienta poderosa para garantizar la seguridad alimentaria a lo largo de todos los procesos de la cadena de suministro, previniendo la contaminación y protegiendo la salud de los consumidores.
Buenas prácticas en el transporte
La importancia de contar con buenas prácticas en el transporte de alimentos no puede ser subestimada. En cada etapa de la cadena de suministro, desde la producción hasta el consumo final, la seguridad y la calidad de los alimentos deben ser prioridades inquebrantables.
La falta de procedimientos adecuados en esta actividad puede dar lugar a la contaminación microbiológica, la alteración de la temperatura, la exposición a sustancias químicas nocivas y la manipulación inadecuada. Estos factores provocan la proliferación de patógenos peligrosos y la degradación de la calidad nutricional de los alimentos, lo que a su vez aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por estos.
Garantizar la conformidad con las regulaciones y normativas sanitarias establecidas resulta, por tanto, fundamental. Es por ello que los organismos reguladores suelen imponer estrictos requisitos sobre las condiciones de temperatura durante el transporte de estos productos para prevenir la contaminación microbiológica y mantener su inocuidad. Cumplir con estas regulaciones no solo es un requisito legal, sino que también es crucial para proteger la salud de los consumidores y evitar posibles sanciones y litigios.
Las buenas prácticas en el transporte de productos con necesidades de temperatura son fundamentales para garantizar la seguridad, la calidad y la satisfacción del cliente. Al cumplir con las regulaciones sanitarias, preservar la calidad de los productos y proteger la reputación de la empresa, estas prácticas juegan un papel crucial en la cadena de suministro y contribuyen al éxito a largo plazo de las empresas en la industria alimentaria y otras industrias relacionadas.